
¿Es lo mismo novela romántica que novela feelgood? No. ¿Forma parte siempre la novela feelgood de la novela romántica? Tampoco. Hoy, en este artículo, quiero hablarte de este subgénero de novelas que cada vez tiene más adeptos.
¿Qué se considera novela feelgood?
De la misma manera que, cuando hablábamos de novela romántica, decíamos que la novela romántica (según la Romance Writers of America) debía tener una trama principal en la que el conflicto fuera una historia de amor y un final que fuera emocionalmente satisfactorio y optimista, la novela feelgood —como su nombre indica— debe hacernos sentir bien.
Eso de «hacernos sentir bien» es un poco ambiguo, ¿no crees? Porque puede que haya quien se sienta bien leyendo una novela de terror. O una novela de lo más gore con cuerpos despedazados y cosas de esas.
La novela feelgood es un movimiento literario que se inició en Inglaterra tras la Segunda Guerra Mundial, como respuesta a los duros tiempos que estaba pasando la población. ¿No te pasó en el confinamiento por COVID-19 que lo único que te apetecía era leer historias cortas, amables, optimistas? A mí, sí. Incluso escribí una (guiño, guiño).
En resumen, son libros en los que se da mucha importancia a los pequeños detalles de la vida cotidiana. Son un ejemplo los libros de Rosamunde Pilcher: una autora que, si no has leído, te recomiendo que lo hagas. Su obra más conocida —Los buscadores de conchas— es un ejemplo de este tipo de literatura.
Aunque muchas novelas románticas pueden ser feelgood —como ocurre, por ejemplo, con La Casa de los principios—, no todas las novelas feelgood tienen por qué ser románticas. Un ejemplo es Café y tarta, de Mario Sanca, indudablemente feelgood y no es una novela romántica sino contemporánea.
Diez novelas románticas feelgood que te recomiendo
Crónicas de Bella Vista, de Susan Wiggs
Susan Wiggs, sobre todo en sus libros más antiguos, tiene un marcado toque feelgood en sus novelas románticas. Prueba de ello es esta trilogía (que se puede leer por completo independientemente) que son las Crónicas de Bella Vista, que consta de tres libros:
- El huerto de los manzanos
- Dulce como la miel (mi preferida de las tres)
- La librería de los recuerdos perdidos



Serie Valerie Lane, de Manuela Inusa
Uno de los placeres más importantes en las novelas feelgood es el tomar una taza de té caliente con algún dulce. Eso lo sabe muy bien Manuela Inusa, que comienza su serie de novela romántica feelgood en una chocolatería y la continúa en una pequeña tienda de té en la romántica Valerie Lane de Oxford.
Esta serie consta también de cuatro títulos:
- La chocolatería de los sueños
- La tetería de la felicidad
- El anticuario mágico
- El maravilloso mundo de las lanas



La pequeña librería de los corazones solitarios, de Annie Darling
Esta novela me gustó tanto que le hice una reseña amplia en mi blog de autora (te la dejo por aquí, por si quieres leerla). Una novela totalmente antidepresiva, en la que la acción transcurre en una librería (¿Hace falta más para convencerme de leerla?).
Un arcoíris sobre París, de Ana Calatayud
Una de los errores de los lectores al buscar feelgood es que presuponen que todo es bonito en la vida de los protagonistas y no tiene por qué ser así. De hecho, si no existe un conflicto, no hay novela (o la novela no tiene sustancia alguna). En Un arcoirís en París, la protagonista viene de una experiencia dura, pero precisamente esto le servirá para apreciar los pequeños detalles de la vida.
¿De qué va?
«Se busca muso para encontrar inspiración, y lo que surja».
Esta es la apuesta final de Ally para recuperarse emocionalmente de la violencia doméstica a la que fue sometida por su exnovio, y recobrar así la motivación para terminar su primera novela.
Pero no estará sola en esta aventura, contará con la ayuda de su mejor amigo y compañero de piso, Mark, pintor de profesión y artista de corazón. Este hará todo lo posible por demostrarle que, a veces, no hace falta salir para buscar la inspiración, con mirar dentro de nosotras mismas es suficiente.
Si dijéramos la verdad, de Clare Pooley
Cafeterías y pastelerías, librerías y bibliotecas y bonitos hoteles rurales o viñedos son típicos escenarios de novelas feelgood. En esta, de Clare Pooley, el destino de seis desconocidos se enlaza a través de un cuaderno y una cafetería. Seis desconocidos muy diferentes y en diferentes momentos de su vida, que terminan encajando como si de un puzzle se tratara.
Nuestra vida no siempre es lo que aparentamos…
¿Qué pasaría si dijéramos la verdad?
Una cafetería. Un cuaderno. Y la oportunidad de decir la verdad.
Esta maravillosa novela enlaza el destino de seis desconocidos a través de un cuaderno que les invita a contar su historia y la verdad que hay detrás de cada una de ellas.
En esta libreta, que viajará de mano en mano, escribirán las confesiones que hasta ahora no se habían atrevido a compartir con nadie mientras a su alrededor va creándose un círculo de amistad, solidaridad y amor. Pero ser honestos también entraña algunos riesgos
La Casa de los principios, de Ana González Duque
Esta es un plus, porque no está muy bien eso de recomendarse a sí misma. Pero La Casa de los Principios, como digo en los agradecimientos de la novela, fue mi forma particular de hacer kintsugi —ya sabes, esa técnica japonesa que embellece las roturas de la cerámica con oro—, una novela que surgió de una situación de crispación y dolor y que dio lugar a algo bonito (o todo lo bonito que soy capaz de escribir).
10 comentarios en «La novela romántica feelgood»
Vaya, echo en falta las novelas de Pilar N. Colorado 🤷🏻♀️ Supongo que se os debe haber pasado, pero sus novelas merecen mucho la pena. Son unas historias fantásticas, muuuuuy bonitas, con una prosa excelente y 100% feelgood. Muuuuuy recomendables!!!
Como le digo a Izaskun arriba, para mí, aunque me parezcan muy bonitas y con una prosa excelente y, por supuesto, muy recomendables, no son feelgood. Al menos, como se define el género. Besitos.
Entiendo, aunque no sé si tenemos el mismo concepto de feelgood, quizá sea yo quién no lo tenga demasiado claro… Aunque para mí las novelas de Pilar cumplen totalmente con las características que tengo entendido que son propias de este género.
¡Feliz finde!
¡Hola!¡Claro que conozco más feelgood! Por ejemplo las de Pilar Navarro. Son lecturas que te dejan un buen sabor de boca y el corazón calentito. Una auténtica gozada.
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Y esta es la que estoy leyendo ahora. Preciosa!!!
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Un saludo, guapetonas.
Hola, la primera me parece más policiaca que feelgood ;D (por cierto, la tengo ya en mi kindle). Y con respecto a Pilar, sí que es una buena lectura y está muy bien escrita (La segunda novela de Pilar todavía la tengo por leer y no puedo opinar) pero —ya se lo comenté a ella en su momento— para mí no es feelgood sino romántica contemporánea. Carece de los chispazos de humor que van siempre unido a la feelgood y también de ese regodeo en los detalles cotidianos que caracteriza al género. Es una buena novela contemporánea de crecimiento personal y reconstrucción, pero para mí no es feelgood, por eso no la he incluido.
Hola. Gracias por las menciones.
Es cierto que a veces se considera al feelgood como subgénero de la romántica y, como bien explica Paola C. Alvarez en su blog, no es así.
De esta lista sacaría una que no cumple los parámetros feelgood, que tengo bien estudiados y sobre los que he hecho un trabajo de investigación para un curso.
Me faltan las de Mónica Gutiérrez (alguna, no todas) y para mí la de Mario sí que es.
Cuando me preguntan pongo el ejemplo de una serie (y así evito nombrar a colegas) que es feelgood cien por cien a pesar de ser una historia dura. Porque el feelgood no está en la trama ni en los conflictos, no tiene que ser Mr. Wonderful ni sentimental. El feelgood, como bien dices, está en los detalles y se transmite por los cinco sentidos. Se trata de hacer sentir a la persona lectora/espectadora a través del olfato, el gusto, el oído, la vista y el tacto. Ahí está la dificultad. Tener pasteles o té o chimenea no la convierte en feelgood si no te transmite sensaciones de plenitud y bienestar (o que te haga suspirar). Y por eso también, lo que a una lectora le puede parecer feelgood a otra no si no se lo ha transmitido. Y eso depende mucho del momento en que se lee.
La sensación final tiene que ser de plenitud y buen sabor de boca aunque la historia sea dura.
Esto ocurre en la serie que os digo, «From the scratch» (basada en un libro): las casas, la ropa, las comidas, los paisajes, los olores, las palabras, todos todos todos los detalles están elegidos para darte esas sensaciones feelgood a pesar del tema. Y hay amor también. De hecho, al principio parece romántica.
El objetivo es que la lectora se de cuenta de que a pesar de las dificultades, hay motivos para ser feliz cada día, hay belleza en el mundo y merece la pena vivir. Buscar la belleza en lo que nos rodea.
En este sentido, según mis estudios, mi primera novela, sí cumple los parámetros, sobre todo para muchas de mis lectoras. Pero, como digo, las sensaciones son propiedad del receptor. Igual que para unas el té es un placer para los sentidos y para otras es poco menos que agua sucia.
Y me encanta que tenga cada vez más adeptos. Para mí es un placer leerlas.
Gracias por el post. Hay alguna que no he leído.
P.
La de Mario Sanca es feelgood, lo que no es es romántica 😀
No era mi intención crear polémica, lo sabes. Y también sabes que me gusta mucho tu forma de escribir. Que quede para las lectoras de este artículo que, les parezcan feelgood o no, tus libros son muy recomendables.
Pilar, gracias por la aclaración, yo no habría podido explicarlo también.
¡Felicidades por tus novelas, me encantan!
¡Feliz finde también para ti!
Ah! Vale, lo de Mario lo entendí mal. Sorry. Polémica ninguna, Ana. Solo daba mi explicación «sensorial». De hecho me llevo un par de títulos que no he leído. 🙂 Gracias
Hola, yo echo de menos la mayoría de las de Mónica Gutiérrez Artero. Al menos creo que se pueden incluir en la categoría de “feelgood”. Es un género que me gusta, así que gracias por las recomendaciones en particular, y por el artículo en general. 🙂