La Tribu

de la Romántica

Cinco tips para ser mejor escritora de romántica

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Puede que cuando leas esto pienses en que en este artículo te cuento cómo convertirte en la nueva Alice Kellen, porque quieres vender lo que ella vende. 

Si yo supiera cómo hacerlo, ya lo estaría haciendo. Pero no, no es ese el tema. No estamos hablando de vender. Ni de vender más que otros. 

Estamos hablando de ser la mejor escritora que puedes ser. 

Que tampoco es fácil, no te voy a mentir. 

Se necesita trabajo duro y, aunque al principio, convertirte en escritora profesional de romántica puede parecer una tarea insuperable, hay cinco cosas que puedes hacer que te llevarán de la manita al camino de la mejora perpetua. 

Personalmente, a pesar de que vivo de los libros desde hace años, siempre estoy intentando mejorar. Nadie es perfecto. 

Permíteme que te comparta algo de lo que he aprendido por el camino. 

Sal de tu zona de confort

Todas tus novelas son en primera persona y alternando voces. Pues es el momento de cambiar, de usar otro narrador, de probar cosas nuevas. Si funciona, estupendo. Si no, al menos lo intentaste, la siguiente vez irá mejor.

Para eso están los lectores cero, para decirte: «Esto funciona, chica, me encanta», o bien «Esto no llega, chicha, inténtalo de nuevo».

En otras palabras, cree en ti y atrévete a arriesgarte.

Sí, es más fácil decirlo que hacerlo, pero hazlo.

¿No es mejor que me quede imitando todo aquello que vende? Si quieres ser una más del montón, adelante. Aquí estamos hablando de crecer como escritoras, no de vender, ojo. Aunque los últimos años me han llevado a pensar que, cuanto más te salgas de la norma estándar, más probabilidades tienes de destacar y, por lo tanto, de vender.

Ser diferente no es malo.

Lee y escribe un montón

Como dice Stephen King en su libro Mientras escribo, «si quieres ser escritor, debes hacer dos cosas por encima de todo: leer mucho y escribir mucho».

Recuerdo que, cuando lo leí, pensé: «Vaya, Stephen, qué agudo, ya has descubierto la pólvora», porque era algo que me parecía de cajón, pero luego he visto entrevistas a escritores que dicen que no leen y he flipado. Lógicamente, sus letras sufren esa falta de recursos.

Y no quiero decir que no vendan. De nuevo, estamos hablando de ser mejores escritoras, no de marketing.

Leer todos los días te permite plantearte nuevos recursos, nuevas técnicas, ampliar tu vocabulario, sorprenderte por lo que otros son capaces de hacer con el lenguaje. Leer de todo, además, no solo tu género, te permite integrar recursos de otros campos en el tuyo y enriquecer tus historias.

Aquí te damos truquitos para conseguir leer más

De la misma manera, escribir todos los días o tener una rutina de escritura semanal (aunque no sea todos los días) establece un hábito. Las 10000 horas de vuelo se notan.

Y también te hablamos de cómo organizarte para conseguirlo, aquí

Prepárate para los fracasos y las críticas

Cuanto más sobresalgas de la media, más querrán aplastarte.

¡Qué miedo!

El rechazo es algo que nos aterra. Los comentarios negativos son inevitables. Y las envidias hacen que estos se multipliquen cuanto más visible eres (hay un troll que se dedica a poner una puntuación de una estrella a todos los libros que se presentan al premio Amazon).

Pero eres profesional y tienes que prepararte para las críticas, porque van a venir.

Lo primero, teniendo en cuenta quién es tu público objetivo. Por ejemplo, 42 semanas no va a gustar a gente muy joven (que no han pasado la experiencia de la maternidad de cerca) ni tampoco a la lectora acérrima de erótica, porque es una comedia blanca corta, con muy poco erotismo.

Si las críticas consisten en «debería haber abortado» o «no tiene salseo erótico», sabes que son críticas hechas por gente que no son tu público objetivo, aunque sean lectoras de romántica.

Te debes quedar con críticas hechas por tus lectoras habituales. Por ejemplo: «esta historia es más floja de las que le suelo leer por tal cosa y tal cosa». E intentar mejorar en la siguiente.

Sí, jode recibir críticas. Y aquí te cuento mi método para lidiar con ellas.

Diviértete escribiendo

No escribas para el mercado, no escribas para vender. Escribe para disfrutar tú, para retarte a ti misma, por el puro placer de hacerlo.

No olvides jamás cuál es la razón última de esto: disfrutas escribiendo.

Porque este oficio es tan jodido, te exige tanto sacrificio de tiempo y también una inversión de dinero, que si no te lo pasas bien, ¿qué sentido tiene?

Las lectoras no son idiotas y editar es de dioses

¿A qué viene esto, Ana?

Viene a eso que siempre te dicen de «Muestra, no cuentes». Las descripciones empiezan en tu imaginación, pero deben formarse en la de tu lectora.

No les expliques todo paso a paso, haz que las descripciones se integren en los diálogos, en el fondo de escena, en cómo los personajes interactúan unos con otros.

No les largues un porrón de infodumping para que vean cómo te documentaste. No dejes a los personajes estáticos mientras habla el protagonista. No plagues la habitación de verbos simples (haber, tener, hacer, estar, ser, parecer).

Siempre digo que una aprende a escribir cuando la empiezan a editar.

Si quieres ofrecer a tus lectoras un producto bueno —y ahora sí que estamos hablando de vender— tienes que editar.

En tres fases:

  • Autocorrección
  • Lectores cero (si es tu primera novela, es ideal que haya un lector cero profesional)
  • Corrector ortotipográfico y de estilo PROFESIONAL

Crece como escritora siempre. Nunca dejes de aprender porque, en este oficio, el día que dejemos de aprender significará que estamos muertas.

Únete a nuestra tribu y consigue el ebook que hemos preparado donde encontrarás todos los recursos que necesitas para autopublicar con calidad profesional y sin dolores de cabeza.

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